29.11.17

Ciencia y Tecnología en demasía: la demostración en exceso

1a. quincena, diciembre 2017


Ciencia y Tecnología de Multitudes


Un refrán del francés pone de relieve el margen que desborda toda formalidad del conocimiento: “Cuando se quiere demostrar en demasía, se termina por demostrar lo contrario”.1 El elogio público desmedido a la actividad en Ciencia y Tecnología se traiciona por exceso, cuando se lo coteja con la actual polémica sobre los fondos estatales destinados a ese sector socio-profesional.

Inicialmente, una carta que recibió el apoyo masivo de investigadores -sobre todo entre quienes integran el Repertorio de la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación), entre ellos quien suscribe- reivindicó la insuficiencia de los fondos destinados desde el ámbito gubernamental a la actividad investigativa.2 Un elemento que se destacaba en el texto era, asimismo, la acusación dirigida contra el actual directorio de la ANII y centrada en la persona de su presidente, Fernando Brum, de seguir una política de transvasamiento de fondos lesiva para la investigación fundamental. A su vez, el directorio de la ANII respondió conjuntamente ante la opinión pública, con consideraciones relativas a la administración presupuestal, sin dejar de adherir al reclamo de mayores fondos para la investigación en su conjunto.3

Hasta aquí, todo forma parte de la habitual apelación de distintos grupos y sectores -un nucleamiento de investigadores por un lado, el directorio de una institución estatal, por el otro-, que dirigen sus reclamos y descargos a la opinión pública, con el propósito de ampliar el apoyo con que cuentan, de neutralizar efectos adversos, o incluso, de alcanzar un objetivo institucional.

Lo que deja perplejo ante esta típica pugna entre sectores y grupos por la obtención o incluso la administración de recursos, es la abismal contraposición que surge cuando se la coteja con el aura beatífica que rodea en los medios, ya desde largo tiempo atrás, el aporte de la Ciencia y la Tecnología al desarrollo del país, cuando no, a la “pública felicidad”. Una notoria campaña mediática se destaca no sólo por la diversidad de las instituciones (públicas, privadas, medios de prensa) y de sectores de opinión que la protagonizan, sino ante todo por la exaltación al unísono del futuro venturoso que fatalmente acarreará, para el Uruguay, el desarrollo en Ciencia y Tecnología.

Mientras entran en conflicto quienes debieran alcanzar un logro comunitario, la apología de una misión cognitiva que se presenta tan ineluctable como transparente no deja de plantear interrogantes, justificadas y preocupantes, sobre todo porque se invoca ante todo el bien común (es decir, en este caso, el de terceros).

Quizás convenga, para situar las proporciones del asunto, considerar algunas perlas de un ya dilatado y cargado collar de acciones publicitarias:

-Por si faltara, con la ANII, la UTEC (Universidad Tecnológica), el Instituto Pasteur y la Academia de Ciencias “creaciones institucionales” destinadas a Ciencia y Tecnología, cada una con su propia política de difusión, acaban de ser creadas la Secretaría de Ciencia y Tecnología en la órbita de presidencia de la República y la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el Conocimiento en el Ministerio de Educación y Cultura. Esta última dirección invita a una “1a. Jornada de Reconocimiento a la Ciencia”. La actividad se dirigirá al reconocimiento “de los investigadores consolidados y a nuestros futuros científicos”, pero contará asimismo con un espectáculo que incluye la presencia de un divulgador y las actuaciones de artistas.4

-Distintos órganos de prensa no sólo presentan secciones específicas destinadas a “Ciencia y Tecnología”, sino que además algunos han desarrollado líneas periodísticas, no ya de divulgación, sino incluso de promoción del perfil socio-profesional del investigador. Se destaca en este terreno del culto a la personalidad académica “reconocida” (vimos que incluso la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el Conocimiento se adelanta al presente y reconoce a “futuros investigadores”), el sesgo que la galardona no sólo con el saber, sino además con el humor, la simpatía y hasta un lado “light” pero humano, que disuelve con efecto de “diversión” el prejuicio con que se presenta, como árido e insulso, el camino de la ciencia y la tecnología.5

-La propia emisión televisiva se ha hecho cargo de presentar a los científicos uruguayos con viso de próceres de la patria. Así contamos en TNU (Televisión Nacional del Uruguay) con el programa Sobre hombros de gigantes, que retoma la senda trazada por algunas ediciones de libro, donde se esbozaba la misma semblanza de epopeya-científica-nacional-uruguaya.6


Ciencia y Tecnología del sinsentido


Quizás aporte a la comprensión de cierta paradoja, que surge cuando se contrapone la apología mediática del conocimiento (que debiera suscitar tantas unanimidades como exige una finalidad incuestionable) al conflicto por recursos, recapitular algunos episodios que constituyen antecedentes significativos de una confrontación aparentemente sin sentido, al menos, tal como se encuentra habilitada la información para la opinión pública en los medios de comunicación.

-En 2013 una primera postulación del actual presidente de la ANII, Fernando Brum, surgida de la conducción del propio organismo, fue cuestionada por cierto entorno del por entonces presidente Mujica, quien no tuvo empacho en intervenir para dilucidar un conflicto a favor propio en un organismo estatal no autónomo.7

-Un informe elaborado por científicos de la facultad de Ciencias8 que advertía del riesgo de contaminación, ante el emprendimiento celulósico de Botnia sobre el Río Uruguay, fue cuestionado en 2006 por medio centenar de científicos vinculados a la Sociedad de Ingenieros y la Facultad de Química.9

-La investigadora María Eugenia Jung describe las condiciones contextuales en que tuvo lugar la creación en 1961 del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICYT) en el (por entonces) Ministerio de Instrucción Pública. Ese organismo ministerial se instala poco después de la obtención de la autonomía legal por la Universidad de la República y refleja la orientación de la primera “carta de intención” firmada con el FMI, tras la victoria electoral del Partido Nacional en 1958. Esta novedad institucional traducía la orientación “panamericanista” que adquiría la Doctrina de la Seguridad Nacional, formulada por los EEUU en el marco de la Guerra Fría, en cuanto el vector tecnológico pasaba a formar parte, para aquel país, de la panoplia militar. La creación del CONICYT es vista con buenos ojos, señala Jung, por un núcleo de científicos uruguayos, aprensivos ante la “politización” que acarreaba la lucha por la Ley Orgánica, en cuanto podía significar, una vez alcanzado el objetivo autonomista, una limitación para la libertad de investigación.10

Tanto la referencia de Jung a la Doctrina de la Seguridad Nacional en el marco de la Guerra Fría, como la conformación de un corporativismo de investigadores, coinciden con la descripción que hace Foucault del surgimiento de una sinergia política de los colectivos de científicos en Verdad y Poder. El filósofo insiste en que la proyección política de los científicos no pasa por un ascendiente sobre las masas, que se vincularía a la divulgación, ya que de todas formas, teniendo conciencia o no, las masas están involucradas. Tampoco supone el mero efecto de aparatos de clase o de Estado, ya que si bien estos enmarcan el desarrollo científico, connotan ante todo la significación estratégica del sector socio-profesional en términos de poder. Ni tampoco finalmente es decisiva la ideología cientificista, ya que de hecho no todos los científicos la sostienen, sino que por el contrario, debe entenderse ante todo la reversión del significado de la verdad en vector político.11

Esta transformación es leída por Foucault como efecto del nuevo rol de los científicos después de la 2a Guerra Mundial (en razón de la propia incidencia de la tecnología nuclear). Desde la perspectiva de los movimientos sociales nacientes, el mismo autor la percibe como un ariete contra el poder de Estado, así como un recurso a preservar de la influencia de los partidos, ante todo la del Partido Comunista. Verdad y Poder expresa, a mediados de los 70', la perspectiva de una lucha contra el poder de Estado con cierta participación socio-profesional, diferenciada y revulsiva, de los científicos.

Sin duda muchos de los investigadores que firmaron la carta dirigida la semana pasada al presidente de la República entienden que la actividad investigativa corresponde a un designio de desarrollo nacional, e incluso suponen que la política partidaria y el Estado-nación pueden y quieren jugar un rol dinamizador y articulador en esa perspectiva. El balance que hacía Foucault en los 70', en cuanto sostenía una vectorialidad socio-profesional de la tecno-ciencia, debe además comprenderse, al día de hoy, en términos de un proceso de articulación mundialista, que lo potencia estructuralmente y lo proyecta hacia un contexto de globalización.

Sin necesidad de recurrir a un bagaje téorico que se ha desarrollado estos últimos años, en particular en torno a la inscripción del saber tecnológico y científico entre los vectores de la integración mundialista, la propia lectura de la contienda que se entabló en el Uruguay días atrás entre distintos grupos de académicos, pone de relieve la transformación mundialista que se incorpora bajo el rótulo de “desarrollo tecno-científico”.


Ciencia y Tecnología Empresarial


Un grupo entre los firmantes de la carta al Presidente Vázquez dirige, pocos días después, un texto de toma de posición ante el debate desarrollado en pocos días.12 Tras declararse parte de la “sociedad del conocimiento”, los firmantes desarrollan una descripción de la situación del sector académico que integran, en cuanto esa situación permanece incambiada desde largo tiempo atrás. Señalan lo lejos que se está de obtener un financiamiento de la magnitud del 0,1 % del PBI para el sector, la necesidad de multiplicar entre 3 y 10 veces el número de investigadores, así como el costo de la formación específica y el alto riesgo de pérdida de quienes se encuentran habilitados, una vez que han alcanzado las calidades que se requiere.

Una vez llegados a este punto del balance, surge un subtítulo del texto de por sí sugestivo: “Inserción de investigadores e investigación extra-académica”. Los autores se interrogan, a continuación, acerca de la situación socio-profesional de los investigadores, se preguntan por la viabilidad de la actividad tecno-científica en el país y encuentran la respuesta en la inserción de los laboratorios, "en todo el mundo", en “empresas de un porte significativo”. El razonamiento que sigue identifica estas empresas con las empresas públicas del Uruguay, así como con intendencias, direcciones de ministerios o instituciones como el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Esta secuencia de organismos explicita lo que se entendía por “extra-académico” en el subtítulo que introducía el pasaje: se trata de actividad investigativa contratada por el propio personal político y puesta bajo la conducción directa o indirecta de la órbita partidaria, nunca de la orientacion académica autónoma.

El texto no deja de apelar una vez más a una campaña de opinión pública destinada a persuadir indirectamente al estamento partidario, a través de la difusión de las bondades de la actividad científica para el país, con el fin de obtener los recursos necesarios (es decir,de habilitar “Ciencia y Tecnología" como ítem de plataformas político-electorales). Por último el planteo no deja de cerrarse subrayando la cooperación posible que se evidencia, según los firmantes, en un contexto de conciliación de intereses.

Muy distinta ha sido la opinión del Rector Markarián con relación a esta coyuntura abierta por la carta al presidente de la República. Tras señalar que personalmente no firmó la carta en razón de la investidura de Estado que ocupa, Markarián subrayó que el presupuesto de la universidad sólo creció significativamente en el primero de los tres períodos de administración frenteamplista, mientras por otro lado la UTEC no logra despegar en número de estudiantes, circunstancia que sigue sumando matrícula a la Universidad de la República. Esta última observación es clave: incluso en aras de un proyecto tecnológico, los aparatos estatales pro-empresariales no logran cautivar la demanda estudiantil.13

Quizás porque un saber puesto al servicio de una empresa, sea esta nacional o privada, no dejará de articularse con el criterio del efecto inmediato que sostiene toda empresa, por su propia índole vinculada a la gestión de recursos, a los intereses de los clientes y a la obtención de ganancias. ¿Podrían las empresas públicas, por ejemplo, brindar una alternativa al respecto, cuando el propio Estado acaba de firmar un acuerdo por el que sujeta el destino de la inversión pública, a iniciarse desde ya, a la decisión futura de una empresa extranjera?14


1“A trop vouloir démontrer, on finit par démontrer le contraire”.
2“Carta abierta de los investigadores al Presidente Dr. Tabaré Vázquez”, Voces (23/11/17) p.2.
3“La posición de la ANII” La Diaria (22/11/17) https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/11/la-posicion-de-la-anii/#!
5Slonitsky, D. “¿Quiénes son los científicos más sexies?” El Observador (25/11/17) https://www.cromo.com.uy/quienes-son-los-cientificos-mas-sexies-n1145166
7“Batalla política en la designación del presidente de la ANII”, Uypress (18/04/13) http://www.uypress.net/auc.aspx?39424
8“La uruguaya Universidad de la República advierte el impacto negativo de la instalación de las pasteras” Zoom (2/06/06) http://revistazoom.com.ar/la-uruguaya-universidad-de-la-republica-advierte-el-impacto-negativo-de-la-instalacion-de-las-papeleras/
9Viscardi, R. “Narciso en el espejo de La Haya”, Compañero, http://www.pvp.org.uy/viscardi6.htm
10Jung, M. “La UDELAR y la creación del CONICYT: debates y conflictos (1961-1964)” Revista Encuentros Uruguayos, Vol. 1, No. 1, Diciembre 2013, pp.32-49. http://www.academia.edu/6803352/La_UDELAR_y_la_creaciC3%B3n_del_CONICYT_debates_y_conflictos_1961-1964_
11Foucault, M. (1979) “Verdad y Poder” en Microfísica del poder, Ediciones de la Piqueta, Madrid, p. 187 http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2014/12/doctrina39453.pdf
12"¿Por qué más de 1000 investigadores firmaron una carta abierta en menos de 24horas? La Diaria (25/11/17) https://findesemana.ladiaria.com.uy/articulo/2017/11/por-que-mas-de-1000-investigadores-firmaron-una-carta-abierta-en-menos-de-24-horas/#!
13Markarián: en el tercer gobierno del FA cayó la inversión universitaria”, El Observador (27/11/17) https://www.elobservador.com.uy/markarian-el-tercer-gobierno-del-fa-cayo-la-inversion-universitaria-n1145811